¡Qué fina socialitè!Acá nuevamente, con más ganas de ver arte que otras veces.
Como es habitual, las inauguraciones en Chile están marcadas por un elemento en común: Se llenan en su inauguración, y del resto del tiempo en exposición, nadie se acuerda, "como quien ve llover", diría mi bisabuela y como bien retratado queda en una de las obras caricaturescas de Luckas, Renzo Pechenino, en tiempos aquellos. Y bien cierto que es, ya que entre una multitud de gente en el casino de Viña del Mar, el pasado martes, fui invitado a una de esas inauguraciones "top", como le llamamos acá, en el salón Esmeralda. La bienal organizada por el Centro Cultura de Viña y el propio Casino, con el fin de aportar a la cultura viñamarina. Interesantemente, todo el mundo muy formal, mucha producción, mucho perfume costoso, como es de costumbre, muchas cabezas rubias, entre otras cosas más sórdidas.
Y besos y abrazos para todos como se estila, aún si no conoces a nadie. Muy divertido!
El gran chiste de la noche , la dio el primer lugar, con una distorcinada visión del ejecutivo actual al descubierto!...A potope! gritaban las socialitès, sonrojadas al ver más los dibujillos, que el concepto, algo muy habitual a quienes acotumbran vanagloriar jarrones con flores, como una vez lo dijo mi amigo artista, De Toledo. Lo más cruel fue el comentario de una cercana, a quien no nombraré, cuando el artista dio unas palabras, "me parece que el chicoco, de lectura, sabe pintar" .
Pero en fin, la gota que rebazó el vaso, fue que a la hora de todos los homenajes varios, premiaciones y todo lo que corresponde hasta el discurso de su excelentísima doña treme", es decir, Regginato, la cosa se puso fea para todos.
Mientras la tole tole, incluyendo a jóvenes promesas en el arte, actores, artistas consagrados, periodistas, etc., esperaban ansiosamente el cóctel; éste, bajo la responsabilidad de la municipalidad misma!, nos dió la espalda, tras las palabras del "des animador" del evento, quien por motivo del fallecimiento de su ilustrísima santidad y bla bla bla, don Papa!, austeramente, sólo habría un brindis de honor, en otras palabras "un champañazo" con unas miserables galletas de champaña, pa variar claro! jaja. ´
En ese preciso momento, la cara de todos, incluyendo a dos amigos míos, con quienes no pudimos evitar la malisiosa risa, quedó paupérrima al pasar de un momento de distención agradable a un duelo, inconfesable.
A todo el mundo no le quedó, otra que comentar lo terrible de la muerte de su santidad, como le llaman los católicos, quienes en ese instante demostraron, ser más fieles al canapé de centolla que a los restos mortales de un ídolo que supo ganarse a sus detractores. Sin duda un suceso para comentar.
Al fin y al cabo, me vine con uno de mis amigos a pasar la pena, (entiéndase por el cóctel y no por el papa), con un sándwhich exquisito, excento de delicatessen, pero con mucho menos siutiquería; En definitiva la próxima semana, estoy invitado al Congreso, ya que pa las otras dos inauguraciones, no estamos pa duelo, menos de quien nunca concordó con mis ideas. Es por eso que hoy comienza mi propio cónclave, hacia la elección de una exposición, con menos comensales, y más plástica visual que ver, en una sociedad que aún, no aprende de sus errores.
